DE SU FIGURA
A CONTRALUZ DE ATARDECIDA
SOBRE LA BORDA DE ESTRIBOR
CON UN VESTIDO VAPOROSO
La flamígera corona que enmarca
Tu silueta
Me libra del cegador tormento,
Y ayuda a contemplar
La verdad de tus carnes de ébano.
Estoy tumbado sobre las maderas
Y tu falda apenas me acaricia el rostro
Como aleteo de mariposa
En el envés del día
Y tú Meranga siempre protectora,
Cubriéndome la apuesta de la vida,
El envite a veces alocado
De la partida que a todos
Nos toca jugar antes o después.
Me sigo preguntando
Por qué navegar rumbo al sur
Si nos apetece hacia el ocaso.
Copyright del poema: Carlos de Tomás,
de su Libro de poemas Viaje Astral, Valencia 2011.
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