Si tuviéramos que detallar el hilo del transcurso narrativo, decir que arranca en la construcción de una persona, el proceso de madurez de un niño que abandona el cortijo donde vive para conseguir sus sueños de una vida mejor, y la aventura personal de elegir el camino deseado con todas sus dificultades. Y aunque no es autobiográfica, si retoma el autor vivencias del pasado que dan sentido de veracidad a la obra.
Después, en los sucesivos volúmenes por aparecer, y que detallamos al final, nos encontraremos en las páginas de El hijo del aparcero, con detalle erudito, la vida de los señores del campo (señoritos) y aparceros, la vida en el campo andaluz en los años de la posguerra, las formas de vida campesinas, (hoy en día casi desaparecidas), la visión de la ciudad desde la óptica del niño que vive en el campo, los retos que deben afrontar estas personas, el éxito y el fracaso, la supervivencia y el afán de superación en un mundo hostil. En definitiva, la felicidad como destino y ambición de todos y la insatisfacción como factor de madurez y creación de la personalidad.
Estamos ante las páginas de la que se espera será una obra inmensa (a tenor de sus casi 500 páginas del primer volumen), y de la que ha dicho por ejemplo Mª Dolores González Cantos, lingüista y Catedrática Literatura en Sevilla, e introductora del primer volumen, que: Podría decirse que Campos de Nijar de Juan Goytisolo se continúa en esta novela que el escritor José Navarro Ballesteros titula El hijo del aparcero. El paisaje y la geografía, que son los mismos, están muy presentes; la dureza de la tierra y de las condiciones de vida, es igualmente reflejada. El hilo conductor es el protagonista, Fabián Cartujano, que cuenta sus memorias a través de un recurso inicial: ya padre de familia, lleva a sus hijos a la tierra donde nació y creció. Se suceden los episodios de su niñez y adolescencia con gran riqueza de personajes y a través de escenas y episodios llenos de vivencias.
A lo largo de la narración se descubre la situación del campo español, las duras condiciones de los aparceros, los oficios y tareas de un mundo cerrado y autosuficiente con límites bien definidos con respecto al ámbito urbano (los pueblos cercanos), como contexto más amplio en el que se inserta ese mundo de los cortijos. Y al mismo tiempo, se recrea vivamente la cohesión familiar y social de esos hombres y mujeres, algo que les permite mantener la dignidad y las ilusiones de progreso en su lucha por la vida.
A través de la educación sentimental y de la evolución del protagonista (despertar de la sexualidad, paulatina madurez desde el seno de la familia y su enfrentamiento con el mundo circundante, etc.) Se advierten unos valores fieramente asumidos como elementos de identidad y de supervivencia y se refleja una forma antigua de vivir en una zona notablemente deprimida de la España de entonces, y absolutamente transformada en la actualidad.
El ritmo vital lo marca el paso de las estaciones, con sus labores campesinas, sus fiestas y celebraciones; con sus ocasiones para la relaciones sociales de los que generalmente viven en la soledad de los cortijos y explotaciones; con sus problemas frente al tiempo y los caprichos de la naturaleza (sequía o terrenos arrastrados por las lluvias); con la convivencia y uso de los animales, medios de subsistencia y ayuda en el trabajo; con todos los elementos que, a lo largo de los días y las noches, hondamente sentidas, van creando un entorno vivo que se levanta ante el lector con toda la fuerza de su humana realidad.
José Navarro Ballesteros, nació en un cortijo en la jurisdicción de Carboneras (Almería) en 1940. Lo que imprimió su carácter y su obra fundamental, que gira alrededor del entorno rural y de la emigración.
Abandonó su pueblo natal a los 16 años de edad y se plantó nada menos que en Barcelona, para intentar, a pesar de su juventud, hacerse un hueco en el difícil y complejo mundo de la música. Estudió música e interpretación en distintas academias de la ciudad condal, mientras frecuentaba círculos de artistas, peñas recreativas de todo tipo, y cualquier lugar donde pudiera aprender algo. En aquella época de Barcelona también participó como figurante en distintas películas.
Llegó a Bélgica a finales de 1963, cuando contaba 23 años, y se instaló en la provincia de Lieja, donde actualmente reside. A principios del 64 se afilió a la Sociedad Belga de Autores, Compositores y Editores, después de haber formado un grupo musical con cuatro músicos, especializado en canción romántica. Con aquel grupo recorrió varios países. Estamos ante un artista total; autor compositor con más de medio centenar de canciones registradas y compuestas muchas de ellas para famosos cantantes, escritor de cuentos, poesías y novelas.
El hijo del Aparcero, se trata como ya hemos dicho, del primer volumen de la “Saga de Cartujano” que se compone de las novelas, por orden de aparición: El ruido del silencio, El destino, La mujer del otro y Las 500 putas, este último libro en dos tomos, el segundo titulado “Desertoras de la escoba”.
En definitiva, seis novelas que giran alrededor de la historia de esta familia. Pero, este escritor también es autor de otra novela de temática distinta, que lleva por título El barón de Chester.
Calendario de presentaciones más inmediatas:
7 de marzo, Casa de las Conchas en Salamanca.
29 de marzo, Centro Cultural "Miguel Hernandez" en Lieja (Bélgica).
5 de abril, Departamento de Cultura de Carboneras (Almeria).
6 de abril, Centro Cultural de Almería.
Pendiente fecha, Instituto Cervantes de Bruselas (Bélgica)
Ficha bibliográfica:
Título: El hijo del Aparcero.
Autor: José Navarro Ballesteros
Colección: Viajes en la Ficción.
Edita: Chiado Editorial, Lisboa 2013
1ª edición, enero 2013; Págs.: 462. Rústica.
ISBN: 9789896979911
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