Editorial Amarante hace justicia a un escritor muy conocido en Salamanca, de esos que podríamos decir "de siempre", y lanza estas Navidades la "Antología 1980-2013" titulada DESDE EL OTRO LADO DE LA LUZ. Edición muy cuidada de un poemario denso que condensa casi toda la trayectoria del poeta. Con introducción y notas del escritor Carlos de Tomás, quién da una visión amplia tanto de la biografía de Zoilo Gascón, como de su obra poética.
Nos dice el autor que la presentación para febrero o marzo. Estaremos atentos.
Un extracto de la biografía del poeta nos hará tomar el pulso a este magnífico autor:
"Zoilo Gascón Díaz nace el 16 de agosto de 1944 en Arrabal de Portillo (Valladolid). Cuando contaba tres años de edad su familia se traslada a un pueblo de la provincia de Salamanca... [ ] A los nueve años ingresa, interno, en un colegio religioso que no le deja un buen recuerdo. Dos años después de aquella experiencia lo hace en otro colegio, también interno... [ ] Más tarde, con dieciséis años marchará a Béjar a estudiar en la entonces llamada Escuela de Peritos. En esa etapa, su vida cobra sentido cuando tiene la oportunidad de leer a Lorca. Se entusiasma con su Romancero Gitano y comienza a escribir “romanzones” sin sustancia, que nutren sus inquietudes. Llegarían después los románticos y los clásicos. Con Quevedo, se divierte, con Bécquer se emociona y con los llamados de la posguerra llora, y no de emoción precisamente, cuando años más tarde observa personalmente el ajetreo estúpido que tienen entre la mayoría de escritores provincianos… los de Ávila, León, Salamanca o Sevilla, por ejemplo; creando revistas y premios de poesía al amparo de lo que Zoilo llama “el meneillo de Franco”. A su vez, esos premios se repartían entre ellos, en un “toma y daca glorificador” como herencia, sin duda,
El gran Zoilo Gascón disfrutando de su libro |
Años después, descubre en el teatro nueva fuente de inquietud leyendo a los dramaturgos del movimiento iracundo inglés. Pirandello le deja una profunda huella y gravita en torno a su obra, como sus Seis personajes en buscar de autor y el ensayo El difunto Matías Pascal. Participa como actor en el llamado T.U., Teatro Universitario, y decide más tarde intentar la aventura de las candilejas en Madrid, donde conocerá a los actores más importantes del momento y debutará sin mucho éxito de la mano de Nati Mistral. Tiempo después abandona el teatro profesional, no sin antes participar en algún montaje importante que le otorga un profundo conocimiento escenográfico.
Acaso la idea de asentar la cabeza, por influencias familiares, le devuelve a Salamanca donde se convierte por unos años en empleado de banca. En aquella época su compromiso con la cultura, y sobre todo con la poesía, le vincula al Ateneo de la ciudad, en el cual ostentó el cargo de tesorero del mismo y director del aula de poesía. Publica artículos en los diarios La Gaceta Regional de Salamanca y El Adelanto, y en diversas revistas de ámbito local y nacional. Entonces llegarán los pregones, las conferencias, recitales y diversas actuaciones literarias por la geografía de España, que enriquecen esa etapa de su vida, acompañada de diversos premios literarios menores, sin intervenir de forma expresa en el oficialismo moribundo de la poesía local, ni en el despegue de los nuevos poetas que tuvo lugar con fuerza, alrededor de la tertulia Orilla Izquierda.
Zoilo Gascón recitando poemas |
En 1.982, y tal vez por la influencia demoledora de los novísimos decide aislarse retirándose una buena temporada de las actividades culturales, pero sin dejar de escribir. Entiende que su literatura se diluye entre pregones, recitales y saraos, y se siente tan solo escribidor de circunstancias. Es la época del vacío, cree que no tiene nada que decir; por eso, entonces se asoma al mundo de los negocios.
Su titulación en gemología, le servirá para crear una fundición de recuperación de metales preciosos. Minería, antigüedades y piedras preciosas serán el leitmotiv profesional de esa época. Entonces comienza a viajar, destacando sus periplos por Zúrich, Amberes, Ámsterdam, Bruselas, Nueva Delhi, México, etcétera. Retoma la química, sus primeros estudios, para ampliar su campo de investigación, y consigue aislar en laboratorio una proteína que por su condición de ser fosforilada recibe el nombre de Lecitoproteína, la cual, específicamente, combate cualquier infección vírica en los organismos vivos. Sus beneficios, y trabajos de investigación, aún no han sido reconocidos por la comunidad científica.
En sus horas de soledad vuelve la vista a la poesía y escribe pensamientos aislados que cohesionan la profundidad existencial de su obra; influida, sin duda, por Walter Arnold Kaufmann, Camus, Sartre y Unamuno. La huella de Don Miguel de Unamuno le perseguirá hasta en el título de esta obra. Desde el otro lado de la luz simboliza las sombras, la duda y el deseo de saber que todos guardamos dentro, pero que muy pocos alcanzan a plantearse.
No se piense que el autor dejó de lado el arte, la cultura, y su vena teatral hasta estos últimos años, como si se hubiera recostado en la barandilla de la borda de un barco que tardó muchos años en llegar a puerto, ni mucho menos, lo encontramos en el año 2000 produciendo un disco que lleva por título Romancero Gitano, poemas de García Lorca, recitados por él mismo, aunque con el seudónimo de Antonio Portillo, música compuesta e interpretada por Ángel Luis Delgado. Esta etapa le llevaría a estrenarlo e interpretarlo con gran éxito en varias ciudades, y en Salamanca en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y León... [ ] Le encontramos trabajando en una novela y en más poesía. Por todo esto, por una biografía que debería ser objeto de un amplio volumen, sirvan estas páginas también como homenaje a un hombre que siempre amó y amará la poesía; esa coherencia y buen gusto, en los tiempos que corren, merecen el más fuerte aplauso."
De la Introducción a Desde el otro lado de la luz, por Carlos de Tomás
Se me llena la boca con tu nombre,
cuando creces sin forma
entre mis labios.
Se me llena la boca de tu nombre
y hasta advierto,
en tu gracia desmedida,
la distancia que existe al pronunciarlo.
Fragmento del poema "Tu nombre entre mis labios"
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