(Es fácil poemarte, rancia Castilla)
Cuando
la tarde se templa
La
luz se recuesta en el espigadero
Y
las piedras se bizcochan,
Piedras
blancas y gastadas
Como
la pómez pero nobles,
Sientes
que te habla el tiempo
Repasando
las gordas mochas
Que
proyectan sombra
De
gigante a lontananza.
Cuando
la tarde se templa
Evitar
el aire se hace fácil
En
las galerías del altozano
Y
así escuchas en paz
El
hablar del tiempo
Mientras
disfrutas del silencio,
Porque
en este claustro de meseta
Está
la música callada,
Sin
manos que agiten instrumentos.
Cuando
la tarde se templa
Se
abren las esquinas
De
letras rancias y olvidadas
Y
tú reposas silente
Entre
los muros yertos
Mientras
vuelan lejanos
Los
pensamientos,
Y
las manos cansadas ya de soportar
El
viejo libro, y languidecen
Hasta
que el sueño te vence.
* * *
De mis viajes a España, 2010.
En la Villa del Libro, cerca de Tordesillas (Valladolid)
Otto Lecmar
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