Editorial Amarante ofrece dos novedades en su sección fantástica para este verano: "El libro eterno" de Javier Torras y "La primera tierra" de Elvira Ruiz.
Dos novelas con una característica común: la larga extensión de su contenido, obras para deleitarse cumplidamente con su lectura. Si la obra de Javier Torras nos sumerge en un mundo futuro, por el contrario la novela de Elvira Ruiz nos traslada al origen de todo, a la primera civilización tal y como ha idealizado y pergeñado la autora, no sin base antropológica. Muy recomendables para no aburrirse en las soporíferas tardes veraniegas.
El libro eterno:
"El Libro Eterno" es una novela de aventuras ambientada en un futuro distópico. Tiene lugar en un momento indefinido del futuro, después de los sucesos de la primera novela del autor, "La Ciudad Vertical" (Atlantis, 2011), aunque no es una continuación de ésta.
Tras la caída de las ciudades verticales, más allá del año 3500, el mundo está dividido entre los ciudadanos "puros" procedentes de las antiguas ciudades y los mestizos, que han permanecido durante siglos ocupando el espacio natural. Ambos se enfrentan al nuevo reparto de la Tierra, planeta anegado de agua donde apenas quedan ya continentes que habitar. Los mestizos viven en poblados ocultos situados en bosques profundos, guardando todo el saber del pasado en bibliotecas. Se afanan en recuperar libros porque ese ha sido su cometido durante más de un milenio.
Los "puros", en cambio, acaban de abandonar las ciudades verticales y se encuentran en la necesidad de recuperar los conocimientos del pasado, pues cuando construyeron estas ciudades, olvidaron toda la información a su suerte. Se trata de un pueblo sin memoria que, no obstante, detenta el poder político y económico.
Lorien y Miren son dos mestizos exploradores que trabajan para el maestro del Risco de Arry; es una historia que se acerca a la ciencia ficción y narra la historia de amor y amistad de estos dos jóvenes dedicados a recuperar libros antiguos escondidos en un jardín paradisiaco.
La Primera Tierra:
Hace muchos años, la tierra era distinta. Muchos seres diferentes la habitaban: unos mortales otros inmortales. Las envidias que estos últimos despertaban por disfrutar de esa eternidad, hizo que algunos de los perecederos se unieran a las fuerzas oscuras con el único fin de hacerse con el poder para regir el destino del mundo.
Por aquel entonces, la tierra se llamaba Primera Tierra y fue un regalo de los dioses. Trece alabadas divinidades que conformaban el llamado Templo de Karnarzorn y desde el cual vigilaban atentos a los hombres.
Pero llegó un día en el que algunos de esos mortales se unieron a las fuerzas del mal. Fue entonces cuando los dioses cerraron las puertas que los separaban de la raza humana. Una llave existía, una única llave que podía volver a unirlos, padres e hijos, creadores y creados. Aquella llave sólo podría ser usada por un alma. Muchas guerras y penurias habrían de sucederse antes de que el ocaso de la Primera Tierra llegara a su fin.
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