jueves, 11 de abril de 2013

Futuro editorial

Me doy cuenta, antes de comenzar a escribir, que me he lanzado a titular el post "antes de" y casi sin reflexionar. ¿Futuro? Y es que la reunión HOY de las grandes editoriales españolas y algunas extranjeras en "La Casa del Lector" en los antiguos Mataderos de Madrid -¿Mesa redonda? ¿En un matadero? ¿Van al destripadero?- más parece el encuentro de los grandes capos del mundoeditorialclásicoypoderoso. 
- Don Vito, tenemos un problema...
El problema se llama: Internet, e-readers, e-book, piratería, se lee más que nunca y se compran menos libros que nunca, la gente joven está también a otros rollos, proliferan portales y grandes distribuidoras de contenido digital que escapan a su control, y sobre todo: los cambios y la transformación suceden tan rápidamente que no son capaces de seguir el ritmo.
Son pesadas elefantas, unas por tener estructuras "mole" con funcionamientos obsoletos y toma de decisiones ralentizadas a la velocidad del caracol, y otras más pequeñas por tener unos criterios de edición tan de cerrazón arcaica y amanerada, que evidentemente comienzan unos a otros a olerse a muerto.
No se pueden vender libros por encima de los veinte euros y pretender que no te pirateen.
Pero, evitando el flash facilón; los grandes capos están casi de luto, porque el futuro se presenta de la siguiente manera (lo saben y por eso no sienten las piernas): "autor-distribuidor de contenidos-lector". Esta inmediatez supone cargarse la siguiente cadena: "autor-editor-impresor-distribuidora física-librero-lector". Sí, efectivamente, ya sé lo que están pensando algunos: los editores se van a la mierda, las imprentas desparecen, las rotativas no tienen sentido, las distribuidoras que vayan vendiendo sus vehículos, y los libreros que quedan que vayan cerrando.
Que no llegue la sangre al río, no debería ser así, drásticamente; tal vez nos encontraremos con un mundo editorial más amable, donde las editoriales sean meros testigos de la calidad, canalizadores de los contenidos, donde las distribuidoras físicas manipuladas por las grandes editoriales, o sucursales de sus empresas, desaparecerán, y donde los impresores harán un libro "a demanda" que convivirá un tiempo con los electrónicos y los libreros volverán a ser libreros, y no máquinas expendedoras de letras, es decir a fidelizar clientes, a recomendar, a alternar en la venta productos distintos al libro, generadores de espacios multiculturales en aras de la supervivencia.
¿Futuro editorial? O espabilan o comenzaremos a ver en los telediarios los grandes eres y cerrojazos con multitud de desempleados; quedarán cuatro artesanos editoriales hasta que se jubilen, y las nuevas editoriales habrán tomado el relevo para beneficio del lector. 
Es absurdo ir contra el progreso, es como poner saquitos de arena ante la riada, al final el agua desbordará todo. Estáis de enhorabuena androides. 

Otto Lecmar.
Desde mi azotea neoyorkina. 
   

1 comentario:

  1. Claro y contundente, sí señor. Estoy muy de acuerdo con este post, pues las grandes editoriales no se han dado cuenta todavía de que existe un medio de difusión tan estupendo como imparable llamado "internet", y que si no son capaces de utilizarlo, les comerá. Como bien dices, es absurdo ir contra el progreso. Lo que hay que hacer es adaptarse a las nuevas tecnologías y aprovecharlas, que pueden dar mucho juego.
    Y esto lo digo, siendo yo un amante -casi un fetichista- del papel. Pero una cosa es que nos guste leer un libro impreso (que no tiene por qué desaparecer) y otra muy distinta es no reconocer las múltiples virtudes del e-book.

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